sábado, 5 de febrero de 2011

Sensibilidad.

Me invade una sensación de sensibilidad y fragilidad que ya no puedo expresar por palabras. Me invade la sensación de la ausencia de verbos, de la desaparición de la intensidad prosódica de mis palabras.

Me rodea una bruma de ignorancia mística, no encuentro las mechas de la inteligencia. Sólo creo que puedo expresar mis sentimientos a través del movimiento continuo, sin pausa, sin detenerse.

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Las máquinas

Habiendo perdido a un preciado amigo,
que mis mañanas alegraba,
que su música envolvía,
que mi vida deleitaba;
Me hayo perdido,
como todos,
en el camino de la osadía,
desidia y perfidia.

Vuelan las alas fuera,
de su corral han escapado,
sin saber donde se dirigen,
las camas ya se han quemado.


En febrero la hierba arde,
como los cuerpos de los condenados,
más allá del horizonte,
no habrá más que seco llanto.

Sin saber donde te encuentras,
miro tu jaula de soslayo,
pienso en tí,
te escucho,

me he equivocado.

De nuevo vuelvo a abrir tus puertas,
desnudas de barrotes,
que han permitido tu vuelo,
que han cerrado mis ilusiones,
que acabaron con tu encierro,
que con tu vida ya han dado.

No volverán,
a mi balcón,
aquellas que dijeron
lo bello que cantabas,
siempre mirando al sol.

Pero el tiempo pasa,
y hasta los huesos más pequeños
de las criaturas más invertebradas,
se quemarán bajo los rayos
de aquel que no vivirá eternamente,
aunque sí más que mi pájaro,
que se fue el martes
y no volverá...
no volverá...
no...
...
..
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